jueves, 26 de diciembre de 2013

Totopostería preserva la tradición en Chinameca






“Hicimos la prueba y los que más gustaron fueron los de ajo y chile, el resto solo los hacemos por encargo.”
José Luis López Pacheco
totopostería Mis Tres Ángeles


Los totopostes y las tostacas forman parte de la gastronomía precolombina derivada del maíz, que aún permanece en el gusto de la población salvadoreña. Chinameca, en San Miguel, es uno de los pueblos de la zona oriental que se distingue porque aún conserva la tradición de elaborar estas bolitas de masa tostada que suelen consumirse como meriendas a la hora del café.

Ahí existen al menos seis totoposterías que fabrican esta golosina con las recetas ancestrales que han sido heredades de generación en generación, preparándolas aún en bateas (recipientes de madera) y cocinándolas en hornos de leña, tal como lo hicieron los indígenas que habitaron esta región antes de la llegada de los españoles.

Mis Tres Ángeles es uno de los negocios más famosos de Chinameca, pues además de ofrecer los típicos totopostes ha comenzado a incursionar con nuevos sabores que se ofrecen en diferentes lugares del país y hasta se llevan a Estados Unidos (EUA) por los salvadoreños que vienen a visitar a sus parientes.

José Luis López Pacheco, propietario de esta totopostería, cuenta que el negocio fue iniciado por su madre, María Juana Pacheco de López, en 1950, cuando él aún no había nacido. “De aquí mis padres nos criaron a mis tres hermanos y a mí, por eso todos aprendimos cómo se hacen los totopostes y las tostacas. Con el paso del tiempo, y al fallecer mi madre, solo yo me quedé con el negocio”, dice el hombre que durante 10 años se dedicó a labores como docente.

Don Luis cuenta que aún mantiene la receta original de su madre a base de maíz, manteca vegetal y sal para los totopostes y un toque de dulce de atado para las tostacas, que son pequeñas tortillas de maíz tostadas con miel en el centro.

“Cocinamos el maíz en leña, preparamos la masa en una batea de madera y lo cocinamos en horno de leña. El sabor y la textura de los totopostes y las tostacas dependen del amasado y el tiempo en que estos se dejen en el horno”, dijo.

El migueleño cuenta que el proceso para hacer esta golosina toma entre cinco a seis horas e inicia por el tiempo en que el maíz se cuece en las brasas, pasando por el molino y el amasado con manteca vegetal y sal, hasta las tres horas cuando las bolitas de maíz y las tortillas pasan al horno cocinándose a fuego lento, con el vapor que resulta de quemar una carga de leña de pepeto, chaquiro o laurel.

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